
Corrientes. Prisión perpetua para tres acusados de los asesinatos de un hombre y su hijo en el santuario del Gauchito Gil
CORRIENTES. El Tribunal de Juicio de la localidad de Mercedes condenó a ocho de los nueve imputados por los asesinatos de Sergio Abel “Checho” Canteros y su padre, Julio César “Minto” Can...
CORRIENTES. El Tribunal de Juicio de la localidad de Mercedes condenó a ocho de los nueve imputados por los asesinatos de Sergio Abel “Checho” Canteros y su padre, Julio César “Minto” Canteros, apuñalados en su puesto del santuario del Gauchito Gil en agosto de 2021. Tres de ellos fueron sentenciados a prisión perpetua y otros cuatro, a penas de entre 10 y 14 años. Uno de los involucrados fue hallado culpable, pero del delito de amenazas y no del doble crimen, por lo que será liberado, ya que cumplió en prisión más de la mitad de la condena recibida al término del debate. En tanto, la Justicia de Familia deberá intervenir en la sanción de uno de los imputados porque era menor cuando ocurrieron los hechos, por los cuales se lo encontró penalmente responsable.
Los jueces Jorge Troncoso, María Eugenia Ballará y Juan Manuel Muschietti ya habían determinado la culpabilidad de los imputados el lunes, pero esta tarde fijaron los montos de las sentencias. Jonathan Natanael Astarloa, Maximiliano Contreras y Carlos David Molina recibieron la pena máxima como coautores materiales del homicidio simple en perjuicio de Minto Canteros y el homicidio calificado por ser cometido con ensañamiento en perjuicio de Checho Canteros. Para los magistrados, no obstante, no se pudo comprobar que se hubiera tratado de un plan premeditado, como tampoco se probó la alevosía, como había solicitado la querella.
Además, condenaron a María Magdalena Astarloa a 14 años de prisión; a Gisella Paola Astarloa, a 12 años; a Juan Ramón Rivero, a 11 años, y a María José Obes, a 10 años de prisión, como partícipes secundarios en ambos homicidios y como autores materiales del delito de lesiones leves en perjuicio de Cristian Luis Rodríguez.
Por otra parte, Luis Walter Astarloa fue condenado a dos años de cárcel por amenazas simples, en el marco de un hecho ocurrido dos días antes de los asesinatos, pero quedará en libertad porque ya cumplió más de un año de prisión mientras esperaba la sentencia. Fue absuelto del cargo de instigador que también se le había imputado, al igual que a Contreras. En ambos casos los jueces invocaron insuficiencia probatoria.
Por lo demás, el tribunal instruyó a la jueza de Familia, Niñez y Adolescencia, María Susana Galeano, para que determine la pena de Juan Cruz Astarloa, alias “Bebo”, en atención a que era menor al momento de los hechos, de los cuales se lo encontró penalmente responsable.
En la causa, además, se decomisó un vehículo, mientras se estudian otros casos para disponer del resto de los elementos secuestrados, cuyo decomiso fue solicitado oportunamente.
Asimismo, los jueces mandaron a extraer testimonios de las piezas probatorias, del acta del debate y de la sentencia y se los remitirá a la Unidad Fiscal de Análisis de Casos para que se investigue la posible comisión del delito de acción pública que surge de una supuesta inacción de la Policía de Corrientes, institución a la cual las víctimas pidieron auxilio más de 13 veces sin que hayan recibido una oportuna respuesta. Otros elementos surgidos del juicio serán enviados a la fiscalía para investigar un posible delito de acción pública que surge de un intercambio de mensajes de WhatsApp entre Samuel Astarloa, detenido por otra causa, y su hermano Jonathan Natanael, ahora condenado por el homicidio de los Canteros.
El casoEl doble crimen ocurrió el 6 de agosto de 2021 en el predio del Gauchito Gil, situado en el kilómetro 102 de la Ruta Nacional 123, en jurisdicción de Mercedes, en el interior correntino. Checho Canteros, de 33 años, y su padre, Minto”, de 64, fueron apuñalados en el puesto donde comercializaban artículos relacionados con el santo popular. Los atacó un grupo de personas que, según se cree, estaban vinculadas a la mujer que administraba el santuario: Ramona Villalba.
Sergio Canteros murió en el lugar a causa de las 20 puñaladas que recibió; su padre –que recibió entre cinco y siete heridas punzocortantes– agonizó tres días hasta que falleció en el hospital. En el hecho también resultó herido Cristian Luis Rodríguez, cuñado de Checho.
Esta situación puso en evidencia manejos oscuros sobre el negocio que florece en el santuario del Gauchito Gil, y por el que todos los días, pero en especial cada 8 de enero (día del santo pagano), pasan cientos de miles de devotos de todo el país y la región, que incluye a Paraguay, Uruguay y Brasil.
Dada la grave situación, el gobierno de Corrientes se vio en la obligación de intervenir, nombrando a Víctor Isnardo, excomisario de la Policía, como titular del predio ya en aquellos días. Después se practicaron algunos otros cambios, mientras se aguarda la ley de expropiación del predio para poder hacer un nuevo santuario, según un proyecto anunciado por la provincia. La semana pasada, la expropiación obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados.